Dios Bendito y Piadoso, que has concedido a tus siervos, Olga, Tatina, María, Anastasia, Alekséi, junto a sus padres, Nicolás II y Alexandra, ser escogidos como Mártires de la fe, por la abnegación cristiana con que sufrieron su arresto y una muerte trágica, y que por gracia tuya has permitido que el santo sinodo permita incluirlos entre los mártires de la Iglesia, has que en nuestra vida podamos imitar a tus siervos en hechos y obras de piedad, con el auxilio de Nuestra milagrosa Señora De Vladimir, tengamos tu bendición. Amén.