Doña Empera recuerda con tristeza los años de maltrato que sufrió en su hogar a manos de su esposo. Aquella etapa de su vida estuvo marcada por el sufrimiento y la opresión, dejándole cicatrices que parecían imposibles de sanar. Sin embargo, el tiempo y la resiliencia le permitieron transformar su realidad.

Hoy, Doña Empera ha dejado atrás esos oscuros recuerdos. Vive rodeada de la tranquilidad del campo, disfrutando de la compañía de sus hijos y de un presente renovado. Lo que más destaca en su vida actual es el cambio que las redes sociales han traído consigo. Ahora, no solo ha encontrado una nueva pasión, sino también una comunidad que la apoya y celebra. A través de la creación de contenido en plataformas digitales, comparte su día a día, sus experiencias y sus aprendizajes con cientos de seguidores.