Published On Sep 7, 2016
En una región seca en la que no se conocían cursos de agua en la superficie, empezaron a formarse ríos. En sólo tres décadas tímidos arroyos se transformaron en corrientes permanentes de agua salobre que labran enormes valles y entierran campos, casas y animales. El agua y el barro amenazan a la ciudad más próxima y el desconcierto social crece. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora? Pobladores y científicos intercambian el desconcierto y la búsqueda de explicaciones. La naturaleza expone su versión de los hechos y devuelve preguntas a la gente ¿Puede sostenerse la expansión agrícola actual? ¿Qué conflictos humanos la acompañan?
Los proyectos IAI en cuyo marco se realizó esta investigación http://www.iai.int/?p=4385 y http://www.iai.int/?p=2586, dirigidos por Esteban Jobbagy y Federico Bert el primero y por José Paruelo el segundo.